No hay duda de que, durante la última década, a medida que la sociedad ha ido dando cada vez mayor importancia a su imagen, los tratamientos estéticos han ido avanzando en sofisticación.
Los datos de la Sociedad Española de Cirugía Estética del último año aseguran que solamente en España se han realizado cerca de 400.000 operaciones de cirugía plástica.
En lo referente a la odontología, uno de los tratamientos estéticos que más han avanzado y son demandados, son la colocación de carillas dentales y coronas.
Te surgirán dudas. ¿En qué se diferencian ambas soluciones?
Te lo explicamos a continuación.
¿Qué son las carillas dentales?
Las carillas dentales posiblemente son el tratamiento de la especialidad en estética dental que mayor demanda tiene.
Consisten básicamente en unas láminas finas que pueden estar hechas de materiales como la porcelana o composite y se pueden adherir a la cara visible de nuestros dientes para mejorar su aspecto, color o imagen.
Se crean a medida para que generen la mayor armonía posible en La boca del paciente.
Tienen como ventaja que son rápidas en poner y eficaces en su función.
Sin embargo, es importante destacar que, si bien su funcionalidad es estética y sirve para embellecer nuestra sonrisa, se usan principalmente para dientes ligeramente torcidos, rotos o pequeñas separaciones y para ocultar desgastes o manchas.
Aunque se puedan colocar en cualquier pieza dental, generalmente se suelen colocar en dientes visibles en la sonrisa, es decir, en los incisivos centrales o los laterales superiores.
Por otro lado, no se recomiendan para correcciones grandes en nuestra dentadura como malposiciones u otros problemas en donde el odontólogo posiblemente pueda recomendar otras soluciones como las ortodoncias.
¿Qué son las coronas dentales?
Al igual que las carillas dentales, las coronas son también fundas, con la diferencia que cubren la totalidad del diente.
Generalmente se usan para colocar sobre un implante o incluso un diente normal.
Cumple con la función estética simulando un diente natural y en cuanto a funcionalidad debe ser capaz de aguantar la fuerza de mordida al masticar.
En el caso de la corona el odontólogo debe reducir previamente el tamaño del diente para que la corona se pueda ajustar correctamente.
En cuanto a los materiales, al tener que soportar mayor presión y cumplir correctamente con la función de masticación, el material de la corona es de porcelana o cerámica por lo que puede durar toda la vida, siempre y cuando se cuide correctamente y se evite en la mayor medida posible, masticar alimentos demasiado duros.
Esperamos que haya resueltos vuestras dudas en la diferencia entre ambos casos.
Siempre podéis consultar con nuestros especialistas ante cualquier duda.