Los piercings orales, es decir, aquellos que se colocan en la lengua, en los labios, en el frenillo e incluso en las mejillas, pueden ocasionar graves problemas en nuestra salud bucodental. ¿Son perjudiciales los piercings orales para los dientes?
Además de producir dolor, nuestro cuerpo puede rechazarlos y existe un alto riesgo de sufrir infecciones tras su colocación. ¡Te explicamos todo lo que necesitas saber sobre los piercings orales!
¿En qué zonas se colocan los piercings orales?
Las zonas donde se suelen poner los piercings orales son:
- En la lengua: el piercing suele hacerse en la parte central. Normalmente se coloca un barbell (una barra con una esfera en casa extremo), pero también hay otros tipos como aros en las partes laterales y anteriores de la lengua.
- En los labios: con frecuencia, se suelen poner aros y labrettes (una barra con una esfera en la parte exterior y una especie de disco plano que hace de cierre en la parte interior). Estos piercings se colocan en cualquier lado del perímetro labial.
- En otros sitios: también hay piercings orales en el frenillo, en la úvula (campanilla) y en las mejillas (a pesar de que el piercing es externo, la perforación alcanza la mucosa oral, que es la capa húmeda que protege los dientes).
Inconvenientes de los piercings orales
Son perjudiciales los piercings orales para los dientes. Como cualquier otra herida, pueden causar dolor, inflamación o infección en el momento de colocarlos. Pero, además, existen otros inconvenientes:
- Recesión gingival. Se retraen las encías, dejando al descubierto más superficie dental y se pierde inserción en el diente. Esto causa que el diente se mueva e incluso se pueda caer.
- Traumatismos dentales. Son lesiones habituales: se puede producir el desgaste del diente por el roce con el metal, un astillamiento o la fractura de alguna pieza dental.
- Enfermedad periodontal. El contacto continuo del metal del piercing con el interior de nuestra boca puede provocar que se acumule la placa bacteriana, y se forme sarro en los dientes inferiores. De esta manera, puede aparecer gingivitis y, en consecuencia, periodontitis.
- Halitosis (mal aliento), por la acumulación de placa bacteriana.
- Alteraciones en el habla, en la masticación y en la deglución. Esto se debe a la inflamación inicial y a que no estamos acostumbrados a tener estos objetos en la boca. Suelen desaparecer con el tiempo.
Precauciones y consejos a tener en cuenta si llevas un piercing oral
Si llevas un piercing o estás pensando en hacértelo, debes tener en cuenta varios aspectos:
- Visita a tu dentista de confianza: te hará una revisión dental para asegurarse de que todo va bien y de que no hay rastro de infecciones orales.
- Acude a un centro especializado en este tipo de perforaciones: lee atentamente el consentimiento informado, asegúrate de que poseen las licencias pertinentes, que cumplen las medidas de higiene que correspondan y sigue rigurosamente las instrucciones sobre su curación. Asimismo, son importantes las revisiones conjuntas entre el profesional y tu odontólogo.
- Comprueba el estado del piercing periódicamente: sobre todo, que esté bien sujeto para no tragarlo.
- Si practicas deporte con regularidad deberías quitártelo durante la actividad, ya que así evitarás problemas respiratorios.
Los odontólogos no recomiendan los piercings orales, ya que solo proporcionan beneficios estéticos, y son dañinos para nuestra salud bucodental. No obstante, si tienes uno, sigue estos consejos para no tener problemas.
Y recuerda: ¡acude al dentista para que te haga un diagnóstico completo!